Parecía mentira hace un par de
año, pero lo cierto es que el Gas Licuado del petróleo y el gas natural se han
convertido en uno de los combustibles más utilizados en el mundo naval.
Si bien es cierto que, dentro
de los Gases Licuados del Petróleo se usa mucho más el propano que el butano,
la verdad es que este tipo de gases le está ganando la partida a los barcos
eléctricos y a los combustibles fósiles.
En este momento en los
astilleros españoles hay 6 buques en construcción, ferris y remolcadores,
con motores de gas natural.
Gas Licuado del Petróleo
Se habla desde hace tiempo de los buques propulsados con Gas Natural
Licuado, pero, para poder cumplir la normativa sobre emisiones de sulfuros
también se puede propulsar mediante GLP.
El GLP, es un gas de petróleo líquido que consiste en una mezcla de
hidrocarburos usados como combustible para vehículos y calefacción. Se puede
comercializar en diferentes formas como propano
o butano o, de forma más común, la mezcla de ambos.
El constructor naval surcoreano Hanjin Heavy Industries anunció que se
construirían dos VLGC con este método de propulsión para la compañía Exmar.
Estos buques serán fletados por Statoil.
Estas dos embarcaciones contarán con un motor que usará como combustible el
GLP para cumplir con la nueva normativa de la Organización Marítima
Internacional que entrará en vigor en 2020 sobre sulfuros.
Este tipo de motores se está usando más debido a la falta de emisiones de
sulfuros, disponibilidad y facilidad de suministro. En estado gaseoso, se espera que este motor utilice un 3% de
combustible líquido y hasta un 10% de carga.
El futuro del Gas Licuado del Petróleo tiene buena pinta puesto que no requiere gastar dinero en
infraestructura.
Gas Natural Licuado
En la misma línea de alternativas más sostenibles de combustible
encontramos el Gas Natural Licuado o GNL
Este tipo de gas natural pasa a
estado líquido a -163º C y a la presión atmosférica. Esto se debe a que su
volumen es seiscientas veces más pequeño que el del gas natural, esto hace que
su transformación y transporte en estado líquido sea muy rentable.
Sin embargo, poder llevar a cabo este tipo de transformación requerirá de
una inversión que sería muy superior a
la de un barco normal, un veinticinco por ciento más.
Además, se requiere un mayor espacio
que se quitaría de la zona de carga.
Por otro lado, existen una serie de riesgos ante el uso de este tipo de
gas. EL primero de ellos es que se necesitan estructuras muy delicadas y
complejas. Hay que hacer descender la temperatura del gas a -163º C y
mantenerlo en el tanque con un gran aislamiento, por lo que se requiere un gran
consumo energético.
Lo malo de este gas es que está muy repartido en el mundo, por lo que hay
pocas zonas geográficas que dispongan de él. Esto haría necesario llevarlo a
los diferentes demarcaciones de donde partan los grandes buques.