Diario de a bordo: Cruzando el Atlántico; Día 8

Justo cuando acababa la guardia, el vientó amainó, así es que volvimos a arrancar el motor y como de costumbre no me ha dejado dormir. Durante la noche oigo como se apaga el motor y parece ser que hay algo de viento para navegar a vela así es que estoy más tranquilo y duermo un rato.

Lloviendo a cántaros

 Cuando me he levantado, he visto que estaba lloviendo torrecialmente, y con un viento que nos lleva a 8 nudos con picos de casi 10. Me he puesto el traje de agua y he estado fuera con el resto de la tripulación, hasta que me he agobiado y me he ido otra vez a dormir. A la hora de comer, me he levantado y Santi estaba llevando la caña puesto que el piloto automático salta cuando hay olas demasiado grandes, así es que hay que hacerlo a mano, lo que ha hecho que yo comiera rápido para que Santi pudiera comer y descansar revelélandole como timonel.



Hoy es un dia de celebración puesto que hemos cruzado el trópico de Cáncer y lo hemos hecho tomando algún chupito de Whisky en la sobremesa mientras contamos chistes, anécdotas y bromeando como casi todos los días, nos hemos reido un montón.

El tiempo ha mejorado mejor al atardecer y además vamos a la misma velocidad, seguimos sin ver el sol y estamos rodeados de chubascos, es lo único que vemos por el horizonte, así que hemos estado al tanto para intentar evitarlos y al final hemos tenido suerte porque no nos ha cogido ninguno más.