Diario de a bordo: República Dominicana, Segundo día - mi blog náutico

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18 ene 2014

Diario de a bordo: República Dominicana, Segundo día

Son las 8 de la mañana y ya estamos todos despiertos, hemos pensado que nos vamos a ir a cayo levantado, una isla que hay a la entrada de la bahía de Samaná, algo que nos llamó la atención el día que llegamos de la travesía Atlántica. Desayunamos tranquilamente, nos aseamos y nos cambiamos para poner rumbo a motor.
10:00h: Hemos llegado y fondeado sin problemas, este sitio se ve completamente paradisíaco, nada que ver con las aguas verdosas que acabamos de navegar, un espectáculo de la naturaleza con aguas cristalinas y diferentes tomos de azul debido al coral. 
Despues de hinchar el dinghi, hemos desembarcado en la isla y a un isleño le hemos pedido que nos vigile el chinchorro y el barco mientras nuestra estancia en la isla, hemos paseado un poco por las playas, y entre las dos que hemos estado había un mercadillo, me ha resultado curioso que un vendedor me hablaba en ingles y yo le contestaba en dicho idioma, en una de estas me ha preguntado que de donde era y le he dicho de España, y continuaba hablándome en inglés, dato que me ha hecho gracia.... Después de tomarnos una Presidente (cerveza dominicana) de 650ml, hemos regresado a la playa donde estaba la auxiliar y hemos vuelto al barco la principio a remo porque no arrancaba el motor hasta que lo ha hecho.

El capitán ha preparado unos spaguetti que estaban muy buenos, y después hemos tenido una sobremesa como las que teníamos cuando cruzamos el Atlántico, llena de alegría y anécdotas. Hasta qué hemos levado ancla y hemos puesto rumbo a puerto bahía con la Génova sólo puesto que llevábamos viento de popa y hemos navegado genial. También hemos intentado pescar algo, pero no ha habido fortuna, cuando hemos llegado a puerto bahía, Jerónimo ha ido a negociar un coche para irnos a casa de un amigo suyo esta noche para cenar.

Ya con coche, hemos puesto rumbo a Samaná para comprar fruta, en un poblado en el que confundo si estoy en el Caribe o África, me sorprende y duele ver la pobreza que hay aquí, pero también hay que resaltar que la gente es muy feliz a su vez.

Uno de los contrastes más grandes que he vivido es ir a cenar a una de las casas más impactantes que hay en el mundo en un poblado con mucha pobreza, pero en un lugar fantástico, no hay tabiques con las vistas al mar, las camas son rústicas, y en la habitación principal, la cama está hecha con troncos de pino al igual que los muebles del salón comedor que es un cenador enorme, sin paredes y con tejado de cana. Simplemente impresionante, nos acogieron José y Norah, dos amigos de Jerónimo y cenamos con ellos, amigos suyos y familiares, un sancocho que es un estofado con 5 tipos de carnes distintas, todo un manjar. Resultado de todo esto, Una velada muy agradable con risas, conversaciones cultas, etc. Remarcar que ambos son veterinarios y tienen un montón de animales en casa, entre ellos un guacamayo que cogí y casi me saca un ojo cuando le dijeron que me diera un beso...

A la vuelta, fuimos al café del mar porque había una fiesta, aquí conocí a amigos de mi primo cuando trabajó ahí y también al constructor del complejo de puerto bahía que a su vez es el dueño de la empresa Brugal. Jerónimo y yo nos quedamos hasta el final.



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